
Las enfermedades más comunes en gatos mayores
Cuando tu gatito crece y empieza a acercarse a la edad dorada, es importante observar con atención su comportamiento diario en busca de signos comunes de enfermedad.
Hoy en día, la mayoría de los gatos viven hasta finales de la adolescencia o incluso hasta los veinte años, gracias a una mejor alimentación, la vida en interiores y los avances en la medicina veterinaria. A medida que los gatos viven más tiempo, también ha cambiado la edad en la que se consideran mayores.
Veamos algunas de las enfermedades más comunes en gatos mayores y a qué deben prestar atención los tutores de mascotas.
Enfermedades más comunes en gatos mayores
A medida que tu gato envejece, puede desarrollar varias enfermedades relacionadas con la edad, como la artritis o la demencia.
Sin embargo, también hay muchas afecciones menos comunes que conviene conocer.
Enfermedades renales
Existen diferentes tipos de enfermedades renales en los gatos, pero la enfermedad renal crónica (ERC) es la más común. La ERC implica una pérdida progresiva de la función renal.
Aunque no tiene cura, puede controlarse con dietas especiales y un aumento en el consumo de líquidos.
También puede requerirse terapia de apoyo, como medicamentos contra las náuseas, estimulantes del apetito y suplementos minerales como los aglutinantes de fosfato o los suplementos de potasio.
Diabetes
La diabetes en gatos suele desarrollarse entre la mediana edad y la vejez, y puede manifestarse con diversos síntomas. Se trata con inyecciones diarias de insulina, una dieta estricta baja en carbohidratos y cuidados adicionales.
Hipertiroidismo
El hipertiroidismo es una producción excesiva de la hormona tiroidea (tiroxina), causada por un tumor benigno en la glándula tiroides. El signo más común es la pérdida de peso a pesar de un apetito normal o incluso excesivo.
El único tratamiento curativo es la terapia con yodo radiactivo, aunque también puede manejarse con medicación diaria y cambios en la dieta.
Enfermedades dentales
Los gatos de cualquier edad pueden desarrollar enfermedades dentales, pero el riesgo aumenta con la edad. Esto puede incluir gingivitis, periodontitis, pérdida de dientes o infecciones en la boca. Estas infecciones pueden diseminarse a otras partes del cuerpo y volverse más graves.
Las enfermedades dentales también pueden provocar anorexia, lo que puede desencadenar una afección grave y potencialmente mortal conocida como lipidosis hepática (hígado graso).
Puedes ayudar a prevenirlas cepillando los dientes del gato a diario con pasta dental apta para felinos y haciendo controles dentales regulares con el veterinario.
Cáncer
El cáncer es común en animales mayores. Es el resultado del crecimiento anómalo de células que forman tumores. Algunos tipos comunes en gatos incluyen el linfoma, los mastocitomas y el carcinoma de células escamosas.
El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia, según la localización, el tipo y la agresividad del cáncer.
Demencia
La demencia felina es una enfermedad relacionada con la edad que provoca la muerte de ciertas células nerviosas del cerebro del gato. Estas células son responsables de la memoria, el aprendizaje, los ciclos de sueño, la percepción espacial y muchas otras funciones.
No existe cura, pero en algunos casos puede manejarse con tratamiento. Esto puede incluir cambios en el entorno, suplementos antioxidantes y medicamentos como la selegilina.
Artritis
La osteoartritis (OA) es una enfermedad degenerativa en la que el cartílago de las articulaciones del gato se desgasta con el tiempo. Este cartílago amortigua las articulaciones.
Sin él, los huesos pueden rozarse entre sí, provocando dolor, inflamación y daños. En gatos, las articulaciones más afectadas suelen ser los codos y las caderas.
Se diagnostica mediante un examen físico y radiografías. El objetivo del tratamiento es ralentizar el avance de la enfermedad.
Pérdida de audición y visión
La pérdida de visión y audición es común en gatos mayores.
La ceguera suele ser secundaria a otras afecciones médicas, como la hipertensión o traumas como lesiones cerebrales.
La sordera en gatos suele ser adquirida, debida a enfermedades como pólipos, infecciones crónicas del oído o tumores en el canal auditivo.
Aunque algunas causas pueden tratarse, la sordera unilateral o bilateral suele ser permanente.
Los gatos con pérdida auditiva o visual pueden seguir teniendo una buena calidad de vida si se hacen ajustes en su entorno y rutina.
En gatos sordos, las vibraciones de tus pasos les avisan de tu presencia.
Si un gato con visión normal pierde la vista de forma repentina, mantener su entorno sin cambios le ayuda a desenvolverse en un territorio familiar.
Trastornos gastrointestinales
Las enfermedades gastrointestinales (GI) en gatos se manifiestan frecuentemente con vómitos, diarrea, letargo y pérdida de apetito. En gatos mayores, la pérdida de peso es el signo más común.
Afecciones crónicas que pueden causar problemas digestivos en gatos mayores:
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
- Gastroenteritis
- Pancreatitis
- Cáncer
- Enfermedades renales
- Enfermedades hepáticas
Con la edad, el sistema inmunológico del gato se debilita y agentes infecciosos como virus, bacterias o parásitos pueden provocar enfermedades GI.
En general, estas afecciones pueden controlarse o tratarse.
Enfermedades cardíacas
Las enfermedades cardíacas en gatos ocurren cuando el músculo cardíaco no puede contraerse adecuadamente y la sangre no circula de manera eficiente.
La causa más común es la miocardiopatía hipertrófica.
Este tipo de enfermedades interfiere con el flujo sanguíneo normal y puede provocar la formación de coágulos, también llamados trombos en silla de montar.
Estos coágulos suelen causar dolor repentino, parálisis de las patas traseras y vocalizaciones intensas.
El tratamiento suele incluir medicamentos orales como los inhibidores de la ECA (por ejemplo, enalapril) y modificaciones en la dieta. En casos graves, puede ser necesaria la oxigenoterapia.
Cuando nuestras mascotas envejecen y muestran signos de enfermedad, puede ser preocupante y abrumador. Las revisiones veterinarias periódicas pueden ayudarte a detectar posibles problemas de salud.
Si observas alguno de estos síntomas o si tu gato se comporta de manera inusual, acude al veterinario.
Los chequeos semestrales son fundamentales para detectar problemas médicos antes de que se vuelvan demasiado graves o difíciles de tratar.